Engaños que colapsan, escalada de sanciones y cortinas de humo

Esta próxima semana se cumplen dos años de gobierno de Bukele. No pretendemos hacer aquí una evaluación o reflexión acerca del periodo sino tomar como referencia ese elemento para tratar de entender o contextualizar algunas acciones de diversos actores.

Hace dos años nos advirtieron que llegaba a El Salvador el tiempo de tomar una “medicina amarga”, que el régimen recién estrenado planeaba administrar. En dos años, esa medicina no solo se siente día a día en la golpeada economía familiar,  en los despidos masivos, en la incertidumbre y el desempleo, en el endeudamiento del país, que avanza a pasos agigantados hacia su inviabilidad, en sucesivos golpes al Estado de derecho, dinamitando uno a uno los puentes y caminos hacia formas de convivencia que por 30 años nos han permitido vivir alejados del conflicto armado.

A la sombra del decorado virtual gubernamental creado a la medida de sus campañas publicitarias para vendernos “el país de las maravillas”, crece y se desarrolla el robo y uso de los recursos públicos a manos de funcionarios oficiales, la corrupción descarada, la impunidad, la ineptitud y la matonería;  todas estas son características de grupos o bandas de facinerosos cuando se tropiezan de golpe con una cierta cuota de de poder. En el caso de El Salvador, ese grupo de facinerosos maneja ya los tres ejes del poder formal, temporal, del Estado burgués, y desde allí se dispone a avanzar hacia reformas que le permita mantener el estatus por el tiempo que, al fin y al cabo, la sociedad aguante.

Esta gente en el Ejecutivo (y ahora en los otros dos órganos de Estado) no suele destacarse por su instrucción, su educación formal y sus lecturas; se destaca más bien por su incultura y por su orgullo de ser ignorantes, por su desprecio a la ciencia cuando ésta no les conviene y, en especial, su ignorancia de la historia. Si pudieran revisar los antecedentes de personajes tan ridículos y grotescos como quienes nos gobiernan verían que terminaron de las peores formas, no solo Mussolini y Hitler, ejemplos emblemáticos, sino incluso algunos de sus imitadores en América Latina.

Seguramente el análisis presidencial que escucharemos el 1 de junio dedicará una fuerte carga a la excusa de la pandemia, que además servirá para seguir construyendo la falsa narrativa del manejo ejemplar, de la excelencia preventiva, y que El Salvador bajo la égida Bukele es una referencia mundial. Como siempre, se tratará de las medias verdades que ocultarán mentiras completas con que se va empedrando el camino del desastre a que conduce el país, el mandatario y su clan.

Esta semana, como cada semana, el grado de intolerancia, represión, autoritarismo y arbitrariedad se eleva un poco y se combina con las reacciones que genera nacional e internacionalmente, mientras los incondicionales en la “bancada cian” empiezan a mostrar sus vergüenzas en sus patéticos intentos de salir en defensa de lo indefendible.

Descontrol territorial

Entre los engaños que empiezan a colapsar debemos colocar en lugar de privilegio el inexistente, invisible, pero magníficamente publicitado desde la campaña que llevó a Bukele a la presidencia, Plan de Control Territorial. Desde hace años se sabe que el control del territorio en proporciones más que considerables se encuentra en manos de delincuentes, pandilleros, mareros y traficantes, en buena medida asociados a partidarios celestes en el poder, pero también otros que no lo son, con los cuales el actual gobierno habría negociado las condiciones para mantener apariencias de “tranquilidad”; esto es, disminución de ataques letales a plena luz del día, ajustes de cuentas que pueden postergarse para más adelante y, en general, reducción de homicidios para limpiar las estadísticas. A cambio, las extorciones se  desarrollan sin mayores interferencias, las capturas son tan solo publicitarias y temporales, y hasta la judicialización garantiza suficientes irregularidades e ineptitudes que aseguren la libertad de  imputados relacionados con esos grupos.

Todo esto la gente lo sabe. Y lo dice. Pero esta sociedad ha aprendido a convivir con todo tipo de realidades, y esta era una más, aunque los medios de prensa no complacientes con el régimen denunciaran sistemáticamente la situación.  Otro canal de evasión del problema era la migración, sobre todo hacia México y los EEUU. Sin embargo, dos elementos llevaron la situación a un punto de crisis local, y que parece haber saltado (como casi todo, últimamente) al plano internacional.

Los dos elementos, ambos relacionados, son el incremento sostenido de denuncias de desaparición de personas, en especial mujeres, jóvenes, adolescentes, aunque en más de un caso  las víctimas eran secuestradas con alguna otra persona conocida o familiar (hermanos, amistades, hijas, etc.). Las denuncias ya no pudieron taparse con los discursos infantiles, groseramente insostenibles ante cualquier mínimo desafío a la lógica, del Director PNC Arriaza Chicas, del ministro de Seguridad Villatoro o del abogado Delgado, a quien han puesto desde el 1M a usurpar el puesto de fiscal general.  El segundo elemento es el caso del asesino serial de Chalchuapa, departamento de Santa Ana, y la forma en que sigue siendo tratado el tema por las autoridades a todo nivel.

Resulta revelador el uso publicitario del caso por parte del gobierno. Al inicio de la investigación, descubierta no por la eficacia policial sino por la valentía de una de las víctimas, quien con sus gritos y en un intento vano por escapar a su suerte, fue capaz de llamar la atención de vecinos, quienes pudieron alertar a fuerzas policiales, las cuales, una vez más, llegaron demasiado tarde.

Bien asesorados por los publicistas gubernamentales, los encargados de la seguridad y de la investigación del delito, vieron la oportunidad de sacar raja panfletaria al dolor y el sufrimiento de la gente. Se trataba de un asesino serial y eso, en cualquier parte del mundo, vende amarillismo. Bukele y su gente saben como  aprovechar esas oportunidades, porque si hay algo que desconocen son los escrúpulos.

Por eso, al principio, desde comunicaciones de Casa Presidencial y desde otras instancias de manipulación mediática oficial, emitieron mensaje tras mensaje durante tres días consecutivos, presentando al imputado, un ex policía, y a un grupo de personas que habrían tenido algún grado de complicidad. Sin embargo, el ruido de bombos y platillos se tornó en sospechoso silencio gubernamental cuando el mismo acusado pasa a tener lo que se conoce como “criterio de oportunidad”, es decir, transformarse en acusador del resto de posibles cómplices a cambio de un trato preferencial en el juzgamiento del caso.

No tardó en notarse el silencio gubernamental (ni un solo mensaje sobre el tema por parte del “presidente tuitero” en solidaridad con las víctimas, por ejemplo). Por el contrario, al filtrarse datos que indicaban una cifra de cadáveres enterrados en el predio que superaría las 45 victimas, desmintiendo la cifra oficial de 8 cadáveres, la reacción de quienes hoy usurpan la fiscalía fue sancionar al antropólogo Ticas, encargado de la investigación en el sitio, y de amplia reputación profesional por más de tres décadas. El caso permite sacar a la luz la verdadera magnitud de la desaparición de personas en El Salvador y con ello, la farsa montada por el clan Bukele para hace creer a la gente la existencia de algún tipo de plan de seguridad, el cual hasta ahora solo ha servido para drenar las finanzas públicas, sin una sola rendición de cuentas al respecto.

Resultó  tan evidente el silencio repentino que hasta la CNN se hizo eco de tal situación. Pero, en realidad, al mirar el accionar gubernamental a lo largo de sus dos años, si algo caracteriza su gestión es la opacidad, la falta de transparencia y el ocultamiento de datos. Crecen las sospechas de que cada una de esas operaciones oscuras no son sino operaciones encubiertas de lavado o apropiación ilegítima de fondos públicos. Con el actual y creciente control de la superestructura del Estado no es difícil imaginar que los episodios no solo continuarán sino que la impunidad (al menos mientras gobiernen) se profundizará, y con ella los desfalcos a los dineros del pueblo, en nombre del cual dicen actuar en cada ocasión que pueden.

Escalada de sanciones

Mientras el gobierno Bukele intenta aparecer como un gobierno “normal”, es decir, ajustado a las normas del derecho internacional, el respeto a la separación de poderes y a normativas constitucionales locales, mayores sectores de la sociedad salvadoreña se expresan en contra del gobierno golpista y sus acciones. 

Mientras algunas entidades relacionadas con un abanico de organizaciones de la sociedad civil apelan a organismos como la OEA y mantienen batallas desde redes sociales y columnas de opinión, desde la comunidad internacional no dejan de enviar mensajes al gobierno condenando sus acciones.

Hasta ahora, la más destacada de esas acciones posiblemente sea la decisión de USAID de retirar apoyos financieros a los organismos usurpados por el Ejecutivo y canalizar esos fondos hacia instituciones de la sociedad civil, sean no gubernamentales o académicas. En todo caso, se trata de sectores que se oponen a los métodos autoritarios del bukelismo y que rechazan el golpe al Estado del 1M. Hoy se conocen también los detalles del grado de amenazas y presiones contra los magistrados durante las horas en que desde la Asamblea se implementaba el golpe.  La primera reacción de importancia podría ser la de la jerarquía católica, particularmente dócil y silenciosa últimamente ante los abusos de poder, pero que este domingo expresó a través de su arzobispo su preocupación ante las tensiones existentes.

Cortinas de humo

Nuevamente el régimen recurre a lo que sabe, y pocas cosas maneja tan bien como el montaje de cortinas de humo y maniobras publicitarias de distracción.  Así, convierte las ONG en “los nuevos enemigos del pueblo”, y lanza a través de sus perros guardianes legislativos una supuesta investigación sobre el uso de fondos públicos por estas organizaciones. Tiempo le faltó a los funcionarios del ejecutivo y del ministerio público para asentir miserablemente y asegurar que “no les temblará la mano” para investigar a quien sea.

Mientras tanto, los despedidos de la asamblea mantienen ya 8 días en huelga de hambre y su salud se deteriora sin que nadie del Ejecutivo o del Legislativo se digne hablar del tema más que para señalarlos como  personas “manipuladas”.  Este vez, para distraer la atención recurrieron desde el propio Legislativo a pactar con un sindicato amarillista, esquirol, pro-patronal, manejado por el partido aliado de Bukele, GANA, para que avale y justifique los despidos, hable bien de los nuevos administradores de la Asamblea y maniobre para quebrar la voluntad de lucha de los trabajadores asociados a un sindicato con reconocimiento pero sobre todo, que acompaña la lucha en defensa de los afectados.

La batalla sindical no es un hecho menor, porque de su desenlace pueden derivarse nuevas protestas y luchas organizadas a partir de los miles de mujeres y hombres despedidos de alcaldías y otras instancias del Estado, en especial a partir de las oscuras negociaciones con el FMI y su previsible exigencia de “reducción de grasa estatal”, como despectivamente suelen referirse a los hogares que deben quedar desguarnecidos y desamparados.

Finalmente otra cortina de humo se levantó esta semana. Coincidiendo de alguna forma posiblemente no casual, ante los espeluznantes hechos de Chalchuapa, y la inexplicable y secreta negociación con el principal imputado, lo que naturalmente generaría indignación popular, llega extraditado el suegro del ex presidente Funes, y el show aéreo y terrestre montado para hacer olvidar lo anterior fue de tales dimensiones que recordaba el traslado de otro Guzmán, el Chapo, luego de sus fugas y recapturas.

Así opera este gobierno y estos gobernantes: despreciando la inteligencia de la gente, confiando en su corta memoria y abarrotando de falsos mensajes y show mediáticos las redes sociales y el espacio de control de sus medios de desinformación.

Le toca a las fuerzas de izquierda y a quienes resisten el golpe y el avance del autoritarismo transformar la resistencia en organización unitaria anti-golpista, que pueda recoger las aspiraciones de un amplio abanico de  sectores sociales.

A su vez, será a la izquierda partidaria, al FMLN, que le tocará avanzar en su propia organización territorial desde la base, y en la canalización combativa de las fuerzas de jóvenes, mujeres, veteranos y de cada uno de los sectores sociales que se ven afectados por cada acción de retroceso a las conquistas populares que realiza este gobierno y este legislativo, el cual ya ha archivado expedientes de luchas históricas para nuestro pueblo, desde la Ley del agua hasta la de identidad de género, la defensa del medio ambiente, contra la usura bancaria, a favor de veteranos del conflicto armado, pensiones, entre muchos otros.

La profundización de la crisis capitalista se expresa en El Salvador de una manera directa sobre la economía hogareña de las y los trabajadores, agravada por el tipo de régimen que intenta consolidar su impunidad a través del golpe al Estado.

Nunca como hoy la lucha necesita trasladarse a las calles, y de las calles a las redes y al mundo, porque la solidaridad de los pueblos está hoy a flor de piel, sensibilizada por la causa palestina, por la voluntad de lucha  colombiana, por la inevitable alegría chilena, por las esperanzas peruanas que empiezan a aparecer con algo más de fuerza, por la confianza en la continuidad del pueblo mexicano para labrar su propio destino, y también con la seguridad de que, como tantas otras veces, el pueblo salvadoreño se levantará frente a dictadores y tiranos para recordarles que los triunfos de sus enemigos son pasajeros; tenemos una historia que lo demuestra.

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Imagen de Twitter

Estás comentando usando tu cuenta de Twitter. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s