Las cosas no mejoran para el régimen, pero tampoco para el pueblo

Hace un par de semanas el cardenal Rosa Chávez expresó en un artículo publicado por el portal de información del Vaticano, Vatican News, una dura crítica al actual gobierno de El Salvador, al calificarlo como un verdadero terremoto para el país, y deplorar la pérdida de la institucionalidad, el dramático deterioro del Estado de Derecho, y la falta de garantías ciudadanas. Obviamente el alcance de semejante crítica no se hizo esperar. No se puede subestimar la personalidad que expresó esa visión, pero tampoco el medio y el alcance internacional de la nota, junto al calado institucional que representa una visión desde la Iglesia.

No es posible soslayar la importancia de lo que esto significa, en particular para un país como El Salvador, con una profunda tradición de respeto y seguimiento de las reglas de la Iglesia Católica, aún a pesar del avance importante que corrientes confesionales evangélicas hayan mostrado desde los años 80 a esta parte, muchas de ellas, aunque no todas, con un alto componente conservador, originadas en diversas iglesias provenientes de los EEUU. Pero en El Salvador, la Iglesia Católica, sigue siendo una institución de una fuerza e influencia formidables.

Por eso es notable la torpeza demostrada por los seguidores del presidente Bukele, que con su acostumbrada falta de análisis y sus actitudes fascistoides, reaccionaron con el hígado, amenazando a la más importante figura católica del país. Tal el caso del extremista de derecha, Walter Araujo, por ejemplo.

El incidente no es menor, como no lo será en el mediano plazo la influencia de las críticas arzobispales y las reacciones viscerales que generó en algunos. Atacar a uno de sus representantes es tomado como una agresión a la institucionalidad eclesial en su conjunto. Nuestro país no es ajeno a las desgraciadas historias de persecución y martirio  contra representantes de la Fe por parte de quienes en determinado momento ejercen el poder político y militar.

La dictadura militar y los gobiernos que ejercieron durante la guerra popular revolucionaria muestran un impresionante listado de víctimas por su Fe, pero sobre todo por ser a través de ella, consecuentes con la lucha por el bienestar de las mayorías empobrecidas, olvidadas y reprimidas por las fuerzas del poder. La lista incluye a los padres Jesuitas, a las monjas Maryknoll, al Padre Octavio y sus catequistas, a infinidad de curas del pueblo, entre cuyos exponentes podríamos señalar como ejemplo al Padre Rutilio Grande y al Obispo Mártir,  hoy Santo de la Iglesia, Monseñor Romero, de quien precisamente se cumplen 104 años de su natalicio.

Pero sería injusto limitar el señalamiento de los ataques de estas bestias, que se crecen en el autoritarismo y la desvergüenza, creyendo que permanecerán eternamente en sus puestos y que el pueblo se quedará de brazos cruzados dejándolos hacer a su antojo, sería injusto decíamos, limitar el caso a los católicos, porque también contra diversas expresiones cristianas, protestantes y evangélicas, se ha venido manifestando amenazas y descalificaciones por parte de la fanaticada cyan y sus operadores, en especial en redes sociales.

Lo cierto es que el gobierno ha sumado con estas acciones un nuevo enemigo, o al menos un adversario crítico, cuya magnitud no debería jamás ser subestimada. Expresiones académicas críticas en este sentido podemos encontrar cada día y de manera cada vez más evidentemente despojada de esperanza en el cambio, en las visiones Jesuitas acuñadas desde la UCA en diversas publicaciones y editoriales. Muchas veces, materia de escarnio por parte del presidente  de la República.

Sin duda este sector, amplio, diverso  y de profundo calado social, está nuevamente llamado a ganar progresivamente protagonismo, al menos desde sus alas más avanzadas y progresistas porque, como institución, la Iglesia Católica cuenta en su  jerarquía con un sector claramente conservador que, sin embargo, se manifestó activamente a favor de justos reclamos populares como en el caso de la lucha por el agua, y una ley que la consagre como bien social no privatizable.

Es de esperar que en la medida que las contradicciones al seno de las clases y grupos dominantes se agudizan y la crisis multidimensional continúa avanzando, afectando las condiciones materiales de vida del pueblo, la Iglesia asuma el papel que históricamente ha jugado a favor de su feligresía y los sectores populares.

Comisiones legislativas, nuevos fracasos

Entre los objetivos esenciales que se fijaron desde el inicio quienes eventualmente conformarían la flor y nata del régimen de los Bukele, figuraba en un plano destacado la eliminación del FMLN como fuerza política viable en El Salvador.

Cuando el bukelismo habla de hacer historia, cuando niega la guerra y los acuerdos de paz como gestas heroicas de este pueblo, busca –ya lo hemos dicho otras veces- negar la memoria y forzar al pueblo a repetir su historia.

En ese plan, el FMLN sigue resultando una incómoda piedra en el zapato porque, a pesar de las acciones para desprestigiarlo y desarticularlo, mantiene niveles organizativos a nivel nacional, departamental y municipal, así como relaciones internacionales con canales más o menos fluidos de comunicación;  su militancia y cuadros de dirección se empeñan a pesar de enormes dificultades de todo tipo, en mantener los principios y valores, así como los niveles de lucha en función de las necesarias adecuaciones, correspondientes a la etapa y al cambio en la correlación de fuerzas. 

Pero, a juzgar por las acciones que viene adoptando el partido del presidente y sus aliados, el FMLN puede convertirse en el palo en la rueda de ese proceso, que requiere de su desaparición para poder consolidar el proyecto populista autoritario, concebido para una duración de largo plazo, medido en décadas, y con carácter expansivo a nivel regional mesoamericano.

Entre las recientes acciones adoptadas por el régimen figuran las detenciones arbitrarias, sin apego a las normas y derechos, sin siquiera una orden judicial, contra cinco ex funcionarios de gobiernos del FMLN y los pedidos de captura contra otros cinco, incluido el ex presidente Sánchez Cerén. Por supuesto, estas acciones, denunciadas nacional e internacionalmente y que se suman a otras previas contra distintos miembros del partido de izquierda, se encuadran en la utilización de la justicia como método de persecución política (Lawfare), tan conocido en América Latina y que conforman junto con las guerras mediáticas, los ejes de las guerras híbridas desarrolladas por las fuerzas del imperialismo contra partidos y gobiernos de izquierda, revolucionarios y progresistas.

Las denuncias sobre la situación de los presos políticos del régimen, virtuales rehenes de este, sometidos a detención arbitraria, a quienes ni sus abogados, ni sus familiares pueden ver (https://www.laprensagrafica.com/elsalvador/Ni-abogado-ni-familiares-han-podido-tenido-acceso-a-Erlinda-Handal-y-desconocen-su-estado-dice-su-hermano-Schafik-Handal-20210816-0027.html) están ya abarrotando las oficinas de derechos humanos del mundo  así como organizaciones de solidaridad internacional que, tres décadas más tarde, vuelven a activarse contra las violaciones a los DDHH en El Salvador.  En estas circunstancias, es claro que lo que el régimen populista busca es una condena mediática y no una condena judicial, puesto que  no cuenta con pruebas materiales imprescindibles para llevar adelante el proceso.

Del mismo modo, el régimen buscó esta semana obtener otras condenas públicas, esta vez contra miembros del FMLN, integrantes a su vez de una organización no gubernamental. En su afán de criminalizar las actividades de toda organización de la sociedad civil que no responda a sus intereses, Bukele y sus empleados en la Asamblea Legislativa, porque no puede llamársele diputados a funcionarios que deshonran de tal modo el mandato popular que los elige para legislar en bien del pueblo y no como siervos del ciudadano presidente, volvieron a la carga con la supuesta investigación del uso de fondos gubernamentales asignados a lo largo de varias décadas a FUNDASPAD, una ONG fundada después de los acuerdos de paz, y con la finalidad de contribuir a la formación cívica y política de la población.

El objetivo de la comisión, formada íntegramente por la bancada del presidente y sus aliados, era –como ya lo intentaron previamente con la comparecencia de Lorena Peña- presentar el caso como un desvío o mal uso de fondos por parte de dirigentes del FMLN, que a su vez integraron o fundaron la mencionada no gubernamental.

La comparecencia de Jorge Schafik Hándal, provocó una clara frustración en los inquisidores, que además hicieron más de un ridículo en las repreguntas (las cuales de inmediato pasaron a exhibirse en las redes sociales en forma de memes y parodias). La táctica de Hándal fue simple, responder con documentación y precisión al interrogatorio.

Finalmente, buscando deslegitimar el trabajo de la ONG y ya sin argumentos, los comisionados dejaron evidencia de su vocación manipuladora al presentar un video con aparentes testimonios de personas sin rostros ni nombre, que hablaban desde supuestos centros escolares (anónimos) reclamando que nunca habían conocido de la mencionada organización, ni que se hubiesen beneficiado jamás de sus acciones. El material resultaba tan burdo que el pedido de detalles por parte de Jorge Schafik resultaba obvio. Sin embargo, la presidenta de la comisión optó por cerrar los micrófonos a la prensa, y levantar la sesión.  Con ello, solo logró exponerse ante los medios, al punto que lejos de lograr que algún medio de comunicación pudiera hacerse eco de las falsas acusaciones e insinuaciones, estos le dieron protagonismo a la arbitrariedad de la presidenta, y a la crítica contra el video, como una acción claramente manipuladora.

Esa primera ronda la perdió el oficialismo, fortaleciendo la posición del militante del FMLN que pretendió ser cuestionado. Posteriormente, algo similar ocurrió con el caso de la presencia del ex secretario de comunicaciones de la administración Sánchez Cerén, a quien tampoco la comisión logró presentar, a pesar de reiterados intentos, como incurriendo en un conflicto de intereses por haber fundado una ONG y haber sido funcionario público.

En el caso de Chicas, no obstante, la prensa destacó sus ataques e insinuaciones contra Alba Petróleos; es evidente, Chicas lo sabe y actúa adrede en ese sentido, que sumarse al coro del Departamento de Estado y su política anti Chavista, representada en El Salvador por todo aquello que dentro del FMLN se asocie a los proyectos impulsados por ALBA, no hace sino contribuir a los objetivos de los enemigos del FMLN.  En este sentido, más preocupado por seguir impulsando las líneas ideologías de derecha que siempre ha sostenido, bajo el manto de una supuesta visión socialdemócrata, Chicas se preocupó más porque se difundieran sus cartelitos contra la ley Bitcoin, que en defender con cierta inteligencia al partido al que dice pertenecer, de los ataques orquestados desde los instrumentos del Departamento de Estado.

En todo caso, desde el punto de vista de los intereses de Bukele y su clan, las comparecencias ante la comisión investigadora, resultaron en un nuevo fracaso. Siguen sin poder acorralar a los militantes y dirigentes del FMLN. Su objetivo es siempre un juicio mediático, archivar las grabaciones de las intervenciones para, una vez llegado el momento oportuno, como por ejemplo una próxima campaña electoral, editar esos materiales convenientemente manipulados para fabricar un relato que no se ajuste en nada a la realidad, pero sí a sus necesidades propagandísticas.

Un viaje que podría ser un escándalo

Hace unos ocho meses, en Argentina, en medio de una estricta cuarentena domiciliaria invocada a causa de la pandemia, el presidente Alberto Fernández, fue fotografiado en la residencia presidencial en compañía de 13 personas, incluyendo su esposa, en un brindis en ocasión del cumpleaños de la Primera Dama. Recientemente un diario de la oposición,  un medio de la oligarquía más rancia, reveló las fotografías de ese encuentro, y generó una ola de indignación en diversos círculos, y la consecuente explotación publicitaria, que cada día daña más la imagen presidencial, por considerarse que el mandatario violó sus propias órdenes y puso en peligro a su familia, mientras el resto de ciudadanos cumplía sacrificada y responsablemente las medidas de aislamiento impuestas.

En este caso, por absurdo que parezca, en círculos del macrismo, hablan hasta de un juicio político al presidente. Todo porque en Argentina están a las puertas de elecciones de medio término, pero sobre todo porque una oposición dividida y desgastada pretende encontrar en este tema un punto de equilibrio que empareja la opciones electorales.

Este mes de agosto, el presidente de El Salvador, en medio de una pandemia, con el crecimiento exponencial de casos nuevos y de fallecimientos, con una crisis financiera y económica que lleva al país a la recesión y al impago, sale del país sin informar públicamente a la sociedad es decir, sin pedir permiso a la Asamblea Legislativa; viajó subrepticiamente a la lujosa isla de Ibiza junto con una corte casi palaciega, que incluía a  su familia, amistades, seguridad, y personal de servicio. 

No se conocen detalles del viaje en cuanto a quien lo pagó, si fueron o no fondos públicos los utilizados, y por qué no se informó del evento. Las fotos fueron filtradas por EDH y el único escándalo que produjeron fue la reacción del presidente intentando hacer creer que las fotos eran de 2018, cuando su secretario privado y otras personas en las fotos aparecen con cubre-bocas , desmintiendo la afirmación del presidente. Es decir, el mandatario mintió, ocultó el viaje, no se conocen los detalles del mismo, pero, a diferencia de las reacciones en el caso argentino, la oposición en El Salvador guarda silencio, no ataca, no pide explicaciones, no exige que muestren la fecha y el acta en que el vicepresidente (se supone) asumió la primera magistratura en ausencia del mandatario. 

Al comparar ambos casos parece evidente el tipo de debilidades a ser superadas por la oposición salvadoreña, que deja pasar oportunidades de poner en jaque a un mandatario que se siente un rey, sin obligaciones de dar información a sus súbditos.  Por el contrario, al aparecer en las fotos alguien que alguna vez estuvo relacionado con el consorcio Alba Petróleos, los enemigos del FMLN de inmediato reaccionan para montar un nuevo sofisma publicitario, intentando involucrar de manera descabellada a los dirigentes y militantes que impulsaron el proyecto ALBA, con alguien que hace años abandonó todo lazo partidario (o empresarial en el caso de ALBA) para aliarse al hoy presidente.

La amenaza de recesión

Mientras tanto, septiembre se acerca y con él la imposición del Bitcoin, precisamente en un punto crucial de la crisis económica nacional y la falta de recursos para el pago de deuda pública de corto plazo. Un indicador de la fragilidad de las finanzas es que se han vuelto desplomar los bonos salvadoreños y la calificación del riesgo país muestra nuevos signos de desconfianza por parte de los mercados:

En paralelo, el riesgo país de El Salvador se disparó esta semana. El Indicador de Bonos de Mercados Emergentes (EMBI en inglés) alcanzó 9.21 % ayer (12 de agosto). Esto indica que si el país saliera a emitir bonos en este momento tendría que pagar una tasa arriba del 10 %, pues a los puntos de su riesgo país hay que sumar la tasa que se paga por los bonos del tesoro de Estado Unidos a 10 años, que se consideran libres de riesgo. La última vez que se tuvo un registro similar fue en octubre de 2020.” (EDH https://www.laprensagrafica.com/economia/Bonos-de-El-Salvador-siguen-en-caida-libre-20210812-0106.html

Ese indicador de riesgo país, por otra parte, se convirtió por muy lejos en el más alto de América Central:

“El indicador de riesgo país que registra El Salvador es el más alto en la historia del país y de Centroamérica y ha aumentado sustancialmente gracias a las decisiones tomadas por la bancada oficialista desde el 1 de mayo que llegaron al Órgano Legislativo, afirma el Instituto Centroamericano de Estudios Fiscales (Icefi).

El 30 de abril el Indicador de Bonos de Mercados Emergentes (EMBI, medición del riesgo país) era de 5.38 puntos, pero al 3 de mayo este subió a 6.49, un dato más que demuestra que los inversionistas no tomaron bien las decisiones del 1 de mayo. Sin embargo, según lo señala el economista Ricardo Castaneda del Icefi, el 13 de agosto estaba a 71.4 %, es decir 70.2 puntos porcentuales de riesgo arriba que Costa Rica.

“Desde el 29 de abril hasta el 12 de agosto de 2021, el EMBI, principal indicador de riesgo país se ha incrementado: 1.2% en Costa Rica 1.8% en Honduras; 6.7% en Panamá; 16.2% en Guatemala y 71.4% en El Salvador”, publicó Castaneda.” (https://www.elsalvador.com/eldiariodehoy/ritmo-millones-por-mes-crece-deuda-el-salvador/869231/2021/)

En paralelo, el endeudamiento del país, por préstamos aprobados en al asamblea legislativa crecen a un ritmo mensual de $877 millones desde que la nueva legislatura fue instalada el pasado 1 de mayo, totalizando hasta el momento $2631 millones aprobados, más la deuda que ya arrastraba el país superior a los $4,000 millones desde que el presidente Bukele asumió el gobierno, ya supera el Producto Interno Bruto salvadoreño.

Mientras tanto, se sigue sin entregar fondos FODES a las alcaldías, que han comenzado a despedir trabajadores (iniciando, por supuesto, con la excusa de que se trata de personal adepto al partido FMLN, o que se trataría de plazas fantasmas, aunque esos fantasmas se tomaron este viernes pasado las instalaciones de la alcaldía de Soyapango en protesta y resistencia ante esta arbitrariedad).

Continúan los aumentos de precios de productos básicos y servicios, los niveles de desempleo no se recuperan y las inversiones se escapan a países de la región en la misma proporción que crece la desconfianza en el país y sus gobernantes. Los analistas ya advierten la inminente recesión, con fuga de capitales pero también de talento humano, que se refleja en el incremento permanente de los flujos migratorios hacia EEUU, Norteamérica en general, y también Europa. Por supuesto ya los rumores acerca del gobierno dispuesto a utilizar los ahorros de los trabajadores depositados en los fondos de pensiones han dejado de serlo para transformarse en un secreto a voces, de los cuales la prensa habla abiertamente. La receta para una crisis social de envergadura parece cada vez estar más dispuesta.

Ante esto, y en respuesta a Bloomberg y Moody’s, dos de las casas que cuestionan seriamente la gestión financiera de El Salvador, el vicepresidente Ulloa recurre a lo más socorrido por dictadores de toda calaña, matar al mensajero: Vicepresidente Ulloa dice que Bloomberg difunde información “con dolo e ignorancia” y Moody’s tiene agendas ocultas

¿Qué es lo que causa esta reacción tanto de los mercados como de los analistas e inversores, además de la ley Bitcoin y de todos los elementos financieros, económicos y de política nacional ya mencionados? La Constitución y sus 200 reformas anunciadas, que la comisión ad hoc, al mando de Félix Ulloa, presentará al presidente en septiembre, porque esto suma a las puñaladas mortales al Estado de Derecho, dadas el 1 de mayo de 2021 y las subsecuentes acciones arbitrarias de la justicia salvadoreña sometida a los caprichos presidenciales.

Afganistán: La decadencia hegemónica del imperio estadounidense (un declive relativo)

La crisis del imperialismo, su decadencia hegemónica relativa, porque sigue siendo la potencia militar más poderosa del planeta, se expresa en movimientos geopolíticos que, en el caso de Afganistán, movió de inmediato a los grandes oligopolios mediáticos a forzar un discurso único: recordar la humillante salida en desbandada histórica de Vietnam por parte de las tropas invasoras yankees. Aunque puede ser válido en un modo simplista equiparar ambos hechos, lo cierto es que la salida de Kabul merece una lectura algo más reposada.

Si bien es cierto, en ambos casos se trata de una huida producto de sendas derrotas, en el caso de Vietnam, Washington agotó todas sus instancias militares posibles, y fue derrotada en cada una de sus opciones, incluyendo la política y la diplomática.  Ante su derrota se levantó un pueblo victorioso y heroico que construyó un próspero destino dentro del socialismo, en relación directa a las necesidades y posibilidades de su pueblo. La salida gringa fue pues, el prólogo a la construcción de un fuerte estado libre y socialista, que hoy se consolida como una potencia económica de  desarrollo medio. 

En el caso de Afganistán, cuyo resultado ya se apresuran los medios republicanos a adjudicar a la política de la actual administración, para que Biden pague los platos rotos, lo que dejan atrás los EEUU es un estado catastrófico, desarticulado y fragmentado, tanto como lo estaba hace 20 años, luego del ataque a las torres gemelas usado como excusa para la invasión al país del Talibán.  

La salida de los EEUU y con ellos la de todas las fuerzas capitalistas occidentales aliadas, parece sin embargo una decisión sopesada, quizás con errores de cálculo en cuanto a los tiempos en que se demoraría la ofensiva talibán en tomarse el país, pero sin duda, la retirada, ya planteada desde los tiempos de Trump, era el plan elegido por EEUU para abandonar un área de conflicto que jamás controló, ni siquiera recurriendo a mercenarios como en Irak o con los cientos de miles de tropas  propias y aliadas, estacionadas en el país, ni con  sus “especialistas en antiterrorismo” que se concentraron en el infame centro de torturas de Bagram.  

Pero ese plan se desmoronó ante la rapidez de la ofensiva Talibán, que obliga a la apresurada retirada que vemos en todas las portadas y televisiones del mundo No olvidemos que EEUU había anunciado su retirada para el 11 de septiembre, simbólica fecha que se les hizo pedazos ante la fortaleza de una ofensiva que decidieron no enfrentar (posiblemente hubiera sido muy difícil para la administración Biden justificar nuevas muertes de soldados estadounidenses en momentos que ya la retirada estaba decidida; su popularidad hubiera sufrido aún más de lo que sufrirá al  verse obligado a asumir históricamente esta desbandada).

Nada les resultó en Afganistán, ni siquiera dilapidar millones de dólares para entrenar mercenarios locales en cifras que rondarían los 300 mil;  cada vez más se acercaron al destino que las tropas soviéticas tuvieron en ese mismo territorio, fuente de conflicto permanente desde los tiempos del imperio ruso zarista en lucha territorial por avanzar hacia el Océano Indico, en conflicto con el colonialismo británico, en expansión desde la India hacia el Asia Central. Así surgió Afganistán, como un “país tapón”, que limitaba los avances de ambas potencias, y a su vez disputaba con Persia (Irán) y lo que hoy es el territorio pakistaní (entonces en poder colonial británico).

También China tiene fronteras históricas con aquel país, y la población de su provincia fronteriza Xinjiang, es la residencia de más de 1 millón de musulmanes uigures. Al compartir una estrecha frontera con Afganistán, Beijing estaría tomando medidas para  propiciar acuerdos con los talibanes y prevenir potenciales movimientos separatistas que desestabilicen esas regiones remotas.

La retirada casi unilateral estadounidense del teatro de operaciones deja atrás un  estado de cosas, que propiciaría en el corto plazo nuevas guerras civiles. Para Estados Unidos, luego de 20 años de ocupación militar, la evacuación de Afganistán subraya la decadencia hegemónica relativa del imperio estadounidense:

 “el fracaso de su política de intervención militar, cambios de régimen y la propaganda (e imposición) del Siglo Americano. Una geo-estrategia pensada por los neo conservadores para el re-diseño regional de Asia central y Medio Oriente (como continuaron luego con la invasión a Irak) destinada a evitar el ascenso que marcaba la fundación de la Organización de Cooperación de Shangai, pocos meses antes de la caída de las Torres Gemelas el 11-S y la invasión de Afganistán. De esta manera Afganistán volvía en su historia a ser un país clave en la carrera por el control de Asia Central”. (https://www.laizquierdadiario.com/El-triunfo-de-los-talibanes-y-el-momento-Saigon-de-los-Estados-Unidos-en-Afganistan)

Todos estos acontecimientos subrayan la crisis en la hegemonía imperial, y como suele suceder en la política de los EEUU, es previsible nuevos  “giros posesivos” hacia los territorios que considera históricamente suyos, América en su conjunto. Pero  tampoco en este espacio están las cartas a favor de los imperialistas y neocolonialistas. La crisis fabricada y montada en torno a Cuba, demostró ser frágil y fue finalmente derrotada en su primera fase, obligando a los EEUU a continuar la simple y brutal estrategia del embargo y el bloqueo. Pero hasta esa política empieza a mostrar serias fisuras ante la decisión de varios países del continente de hacer llegar apoyo solidario a la Isla.

En todo caso, no solo en Cuba mostró su imperial fracaso, las negociaciones que se instalaron en México esta semana pasada, entre el gobierno de  Venezuela y representantes de la oposición, mostraron los primeros acuerdos y la decisión de continuarlas en septiembre. Buena noticia para el pueblo venezolano, que puede empezar a vislumbrar una luz, aún dudosa y frágil, en el camino a la autodeterminación y la libre decisión entre las y los venezolanos, sin intervención de los EEUU y con la potencial posibilidad de levantamiento de sanciones.

En principio, el reconocimiento del presidente Nicolás Maduro, como el único y legítimo mandatario venezolano, abre una buena perspectiva, al quedar de este modo deslegitimadas las aspiraciones espurias promovidas desde Washington para Juan Guaidó. Los avances en Venezuela son en ese sentido un disgusto para las fuerzas del imperialismo. Todo esto en el medio del cambio gradual en el tablero regional, con el debilitamiento y virtual eliminación del grupo de Lima y las diversas perspectivas, más o menos positivas para las propuestas de izquierda y progresistas en diversos procesos que se abren en los próximos meses, casos de Chile y Brasil, por ejemplo, que podrían sumarse a los de Bolivia y Perú.

En Centroamérica, las convulsiones se mantienen. En Guatemala donde las naciones indígenas dieron un ultimátum al presidente Giammattei para que renuncie, el plazo termina esta semana. En El Salvador, ante la ofensiva neoliberal, las violaciones a todo tipo de derechos ciudadanos y humanos, y el aceleramiento de la crisis económica y financiera, es necesario y urgente que las fuerzas democráticas estructuren medidas de resistencia que acompañen las luchas populares que se avecinan.

Sin duda, para el FMLN es el momento de profundizar acciones de resistencia, denuncia y acompañamiento a las manifestaciones populares que se acercan al mismo ritmo que la crisis; estas acciones han de confrontar también intenciones del oficialismo de hacer desaparecer a la fuerza de izquierda de la estructura formal de partidos políticos.

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Imagen de Twitter

Estás comentando usando tu cuenta de Twitter. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s